"El Alacran"
Tira golpes como una fiera, baila con los pies a un ritmo exquisito, sus ojos brillan con esa chispa de los campeones, de los que no se detienen ante nada, ni ante nadie, el muchacho es una maravilla, ha ganado todo, guantes de oro, torneos de barrio, olimpiadas nacionales, torneos amateurs, todo, todo, es un campeon en potencia... Asi habla el padre Juan de su creacion, de su descubrimiento, ahi en el gimnasio del pueblo, donde el padre Juan enseña a varios muchachos el arte del boxeo con el fin de alejarlos de las tentaciones, de las malas ideas, de las drogas, de las malas compañias y de satanas sobretodo.
Un padre metido a manager, un padre que dice que Dios le dicta la estrategia para el combate, un padre que ahora ve a su creacion embarcarse solo a unos juegos olimpicos, pero el no va, no va porque el avion no es para el, no va porque quien vera por los otros muchachos, no va porque quien oficiara las misas en San Sebastian del Alba, no va porque no tiene ningun papel en regla, no va porque el Comite Olimpico Mexicano no lo reconoce como entrenador, no va porque nadie sabe bien a bien si es padre, no va porque la misma Iglesia lo ha criticado por estar metido en el mundo del boxeo, no va porque el ha contestado que hay a otros que les gusta el toro, no va porque la iglesia de San Sebastian del Alba es un cuerto junto a la construccion que existe en Ecatepec, por eso y mas el padre Juan no va con su muchacho, su mijo como el le dice, no va con el campeon, con el increible Benito "El Alacran" Perez. "El Alacran" como lo conocen el medio es un muchacho macizo, grande, de piel curtida por el trabajo en el campo, de pocas palabras porque sabe pocas palabras, de mucha devocion porque eso si lo sabe bien, sabe muy bien rezar, ah el rezo se le da facilito, la santiguada se le da rapida, apenas va caminando al ring, ya se va santiguando con el guante, 100, mil, dos mil veces se persigna, se encomienda, echa aves marias y padres nuestros como si estubieran de oferta. Y "El Alacran", se enfundo en sus pants verdes, recibio la bendicion del padre Juan, los consejos del padre Juan, la estampita de San Sebastian del Alba en un escapulario mojado miles de veces en agua bendita y salpicada de miles de aves marias y padres nuestros y un "echale huevos, pa que nos traigas la medalla".
El pueblo entero se reunio en la iglesia, el padre Juan saco la TV de LCD de su humilde habitacion, el pueblo se sento en silencio ante ese gran aparato, faltaban unos minutos, el padre Juan le pidio a sus feligreses y a los mirones que eran minoria rezar un ave maria y encomendar al "Alacran" a San Sebastian del Alba, pedir la proteccion de Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo, sono la campana, "El Alacran" salto al ring, el padre lo noto nervioso a traves del LCD de su TV... Benito se pregunta que hace ahi, le tiembla la barbilla, busca con la mirada al padre... "El Alacran" no ataca, los brazos en alta solo repelen la andanada de golpes del adversario, del publico, de la ausencia... El padre Juan ve al cielo, murmulla oraciones y maldiciones, Benito en la pantalla se ve como que no esta... Benito no oye la voz del padre Juan, no oye a los perros ladrar... En el atrio de la iglesia la grey reunida corea cada movimiento de su "Alacran"... Llega el segundo asalto, Benito se va a la esquina neutral y le da la espalda al contrincante... El pueblo se silencia, el padre mira al cielo con los ojos llenos de lagrimas, llenos de tristeza, rabia, coraje, desdicha, odio, preguntas... El locutor en tono lapidario solo dice "Y nuestro Alacran se acalambro".
Un padre metido a manager, un padre que dice que Dios le dicta la estrategia para el combate, un padre que ahora ve a su creacion embarcarse solo a unos juegos olimpicos, pero el no va, no va porque el avion no es para el, no va porque quien vera por los otros muchachos, no va porque quien oficiara las misas en San Sebastian del Alba, no va porque no tiene ningun papel en regla, no va porque el Comite Olimpico Mexicano no lo reconoce como entrenador, no va porque nadie sabe bien a bien si es padre, no va porque la misma Iglesia lo ha criticado por estar metido en el mundo del boxeo, no va porque el ha contestado que hay a otros que les gusta el toro, no va porque la iglesia de San Sebastian del Alba es un cuerto junto a la construccion que existe en Ecatepec, por eso y mas el padre Juan no va con su muchacho, su mijo como el le dice, no va con el campeon, con el increible Benito "El Alacran" Perez. "El Alacran" como lo conocen el medio es un muchacho macizo, grande, de piel curtida por el trabajo en el campo, de pocas palabras porque sabe pocas palabras, de mucha devocion porque eso si lo sabe bien, sabe muy bien rezar, ah el rezo se le da facilito, la santiguada se le da rapida, apenas va caminando al ring, ya se va santiguando con el guante, 100, mil, dos mil veces se persigna, se encomienda, echa aves marias y padres nuestros como si estubieran de oferta. Y "El Alacran", se enfundo en sus pants verdes, recibio la bendicion del padre Juan, los consejos del padre Juan, la estampita de San Sebastian del Alba en un escapulario mojado miles de veces en agua bendita y salpicada de miles de aves marias y padres nuestros y un "echale huevos, pa que nos traigas la medalla".
El pueblo entero se reunio en la iglesia, el padre Juan saco la TV de LCD de su humilde habitacion, el pueblo se sento en silencio ante ese gran aparato, faltaban unos minutos, el padre Juan le pidio a sus feligreses y a los mirones que eran minoria rezar un ave maria y encomendar al "Alacran" a San Sebastian del Alba, pedir la proteccion de Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo, sono la campana, "El Alacran" salto al ring, el padre lo noto nervioso a traves del LCD de su TV... Benito se pregunta que hace ahi, le tiembla la barbilla, busca con la mirada al padre... "El Alacran" no ataca, los brazos en alta solo repelen la andanada de golpes del adversario, del publico, de la ausencia... El padre Juan ve al cielo, murmulla oraciones y maldiciones, Benito en la pantalla se ve como que no esta... Benito no oye la voz del padre Juan, no oye a los perros ladrar... En el atrio de la iglesia la grey reunida corea cada movimiento de su "Alacran"... Llega el segundo asalto, Benito se va a la esquina neutral y le da la espalda al contrincante... El pueblo se silencia, el padre mira al cielo con los ojos llenos de lagrimas, llenos de tristeza, rabia, coraje, desdicha, odio, preguntas... El locutor en tono lapidario solo dice "Y nuestro Alacran se acalambro".
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